La Bestia dentro de Nosotros Mismos

Si ustedes son sinceros consigo mismos y meditan, se concentran en su interior, tratando de autoexplorarse, podrán evidenciar DOS ASPECTOS perfectamente definidos: El uno, sincero, el de la MÍSTICA VERDADERA, el de aquél que anhela, el que quiere de verdad Autorrealizarse, conocerse a sí mismo; mas hay otro aspecto que ustedes mismos lo han sentido, que saben que existe: EL DE LA BESTIA; que rechaza estas cosas, que se opone a estos anhelos y que, aunque un hombre sea muy devoto y sincero, tiene momentos en que siendo así, tan sincero, se maravilla de que haya en él algo en su interior que se opone definitivamente a los anhelos espirituales. Aún más, que se llega a reír de tales anhelos.

De manera que hay una lucha, dijéramos, entre dos porciones de la psiquis: La que anhela de verdad y que es la ESENCIA PURA, y la de LA BESTIA, que se ríe de estas cosas, que es groseramente materialista, que no las acepta.

Si van a ser sinceros consigo mismos y se autoexploran, podrán evidenciar la realidad de lo que yo les estoy diciendo. Y es que la Bestia, Ahrimán, el Anticristo, no está interesado en asuntos espirituales. Ciertamente, a él lo único que le interesa es la materia física, densa, grosera… Precisamente, el Ateísmo Marxista-Leninista, el Materialismo Soviético, tiene su fundamento en Ahrimán…

Pero les digo: Se necesita ser sinceros consigo mismos; en ustedes hay una parte que es FE y sienten en su psiquis el anhelo, mas hay otra parte que a ustedes mismos no les gusta, pero existe, aunque no les gusta, que es el ESCEPTICISMO…No existe y sí existe eso; es la antítesis de lo que ustedes quieren, y lo más grave es que ustedes también son esa antítesis. Obviamente, tal antítesis es la del Anticristo, la de Ahrimán…

Ustedes saben que la morbosidad, por ejemplo, la lujuria, es asqueante, abominable; pero hay algo en la psiquis de ustedes que SE RÍE DE SUS ANHELOS de Castidad, que logra a veces ganarles la partida, que se burla de ustedes: Es Ahrimán, la Bestia…

Saben ustedes que la ira, por ejemplo, es asqueante, porque mediante la ira se pierde la Clarividencia, se arruina. Ustedes se proponen no tener ira, pero en cualquier momento están “tronando” y “relampagueando”. Obviamente, no dudan de que se trata de los Yoes y hasta logran controlarlos, pero algo surge en el fondo, tras estos Yoes, que se mofa de sus buenas intenciones.

Un hombre podría acabar con la ira, y sin embargo, en cualquier momento podría sentirla, aún habiéndola acabado, porque cualquier cabeza de la Bestia, herida por filo de espada, vuelve otra vez a curarse; he ahí el poder de la Bestia. Por eso es que todos se inclinan ante la Bestia y la adoran… ¡Es el Anticristo!

Quienes suponen que el Anticristo ya nació en el Asia, por allá, y que viene rumbo al Occidente y que aparecerá en tal año, haciendo maravillas y prodigios, está completamente equivocado. EL ANTICRISTO LO LLEVA CADA CUAL EN SU INTERIOR: Es la Bestia, es Ahrimán, es, dijéramos, el anverso de la medalla del Hombre Causal. Está formado por todas esas causas ancestrales, delictuosas, que desde los antiguos tiempos hemos creado, de vida en vida; es el aspecto negativo del Hombre Causal…

Así pues, si somos sinceros, si somos honrados con nosotros mismos, si tenemos el valor de autoexplorarnos juiciosamente, venimos a descubrir que realmente “el Inicuo”, del que nos habla Pablo de Tarso en las Sagradas Escrituras, somos cada uno de nosotros.Todo lo que huela a Dios, que se adore, es motivo de burla para el Inicuo. Obsérvense ustedes a sí mismos: Tienen sus momentos de mística, de oración, de devoción (son momentos deliciosos), pero de todos modos, a la hora menos pensada surge el Inicuo, que se ríe de todas estas cosas. Cuando ustedes lo ven, ya es tarde, ya se ha reído…”

Extracto de una conferencia del Maestro Samael Aun Weor en el “QUINTO EVANGELIO” Titulada EL ANTICRISTO

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