LO QUE CONTINUA

Dos cosas van al sepulcro. La primera es el cuerpo físico, la segunda, es la personalidad humana. Esta última como ya dijimos, se forma durante los primeros siete años de la infancia y se robustece con las experiencias. A veces la personalidad deambula por el cementerio, otras, sale de su sepulcro, cuando sus dolientes la visitan y le llevan flores. Pero a poco la personalidad se va desintegrando.

La personalidad es energética y atómica. La personalidad es perecedera. NO existe ningún mañana para la personalidad del difunto ella es mortal. La personalidad no se reencarna. La personalidad es hija de su tiempo y muere en su tiempo. Aquella que continúa es la Esencia es decir, el FANTASMA DEL MUERTO.

Dentro de dicho fantasma, se desenvuelven el EGO REENCARNANTE el Y0, el MI MISMO. Este último es legión de Diablos que continúan Es falso dividirnos entre dos YOES, uno de tipo inferior y otro de tipo superior. El YO es LEGIÓN DE DIABLOS, que se desarrollan normalmente dentro de nosotros mismos eso es todo. Mucho se habla en la literatura ocultista de un YO SUPERIOR, de un YO DIVINO, pero resulta que ese tal YO SUPERIOR no es tal Y0.

LA SEIDAD DIVINA trasciende todo YOISMO. Aquello que no tiene nombre profano es el SER, el ETERNO. La ESENCIA es molecular, la esencia, el fantasma del muerto, vive normalmente en el mundo molecular así pues, al morir salimos del mundo celular y entramos en el mundo molecular, en el mundo molecular, usamos un cuerpo molecular.

El libro tibetano de los muertos dice textualmente lo siguiente:

“Oh! noble por nacimiento. . .tu cuerpo presente, siendo un cuerpo de deseo… no es un cuerpo de materia grosera, así que ahora tú tienes el poder de atravesar cualquier masa de rocas, colinas, peñascos, tierra, casas y el Monte Meru mismo, sin encontrar obstáculo… estás ahora provisto del poder de las acciones milagrosas, que, empero, no es fruto de ningún Samadhí, sino del poder que viene a ti naturalmente.. tú puedes instantáneamente llegar a cualquier lugar que desees; tienes el poder de llenar allí en el tiempo que un hombre tardaría en abrir o cerrar la mano. Estos varios poderes de ilusiones y de cambio de forma no los deseéis, no lo deseéis”.

Samael Aun Weor

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