La Atlántida

Los hombres de la Atlántida llegaron a un altísimo grado de civilización análoga a la Lemur. La tierra estaba envuelta de una espesa niebla y los hombres respiraban por agallas. Como en la Lemuria, en la Atlántida también se conocieron las naves aéreas y los buques movidos por energía atómica.

En los primeros tiempos las relaciones sexuales se verificaban únicamente para engendrar cuerpos para las almas re-encarnantes, y se escogían hora y día por los ángeles, y por ello no existía el dolor en el parto, y el hombre vivía en estado paradisíaco; pero Lucifer y los luciferes, que son los magos negros del período Lunar, tentaron al hombre y lo extraviaron por el camino negro.

La serpiente es la fuerza sexual y no las atracciones puramente materiales como pretenden los rosacruces de Amorc, (California) en sus monografías del noveno grado.

La fuerza sexual tiene dos polos: el positivo y el negativo. El positivo es la serpiente de bronce que sanaba a los israelitas en el desierto, y el negativo, la serpiente tentadora del Edén.

El trabajo de los luciferes fue un trabajo de magia negra: ellos despertaron el fuego pasional de la humanidad, con el único objeto de hacer prosélitos para la logia negra, pues todo demonio es fornicario.

El líquido cefalorraquídeo y el semen son los dos polos de la energía sexual. El ángel tiene sus dos polos para arriba hacia la cabeza, y el hombre y los demonios tienen un polo para arriba y otro para abajo. Con el uno forman el cerebro, y con el otro cohabitan. El Kundalini del ángel sube. El Kundalini del demonio baja.

Jehová prohibió al hombre la fornicación. Lucifer lo sedujo a ella.

“Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: mas de todo árbol del huerto comerás; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás de él porque el día que de él comieres morirás” (Génesis Cap. 2. Versículos 16 y 17).

Entonces la serpiente dijo a la mujer: “no moriréis, mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal” (Génesis. Cáp. 2 Vers. 5 y 6).

La orden dada por Jehová es magia blanca. La orden dada por Lucifer es magia negra.

Conforme el hombre se entregó a los placeres del coito, perdió sus poderes ocultos y se cumplieron las palabras de Jehová cuando dijo: “En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres, y al polvo serás tornado” (Génesis Cap. 3 versículo 19).

“A la mujer dijo: multiplicaré en gran manera tus dolores, y tus preñeces; con dolor parirás tus hijos y tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti” (Génesis Cap. 3 Vers. 16).

La violación de toda ley trae dolor. En la Lemuria la mujer no tenía dolor en el parto, porque el hijo era engendrado en hora, minuto y segundo en que las leyes cósmicas favorecían la reproducción. La violación de esta ley trajo los dolores en el parto. Sin embargo, aun hoy en día hay remedio para todos aquellos que se resuelvan a seguir el matrimonio gnóstico. El matrimonio gnóstico regresa al hombre al paraíso. En la Iglesia Gnóstica reciben los matrimonios gnósticos el día, hora y minuto en que deben engendrar los hijos y así no hay dolores en el parto. Lo importante es aprender a viajar en cuerpo astral para visitar el templo. Más adelante daré las claves.

Los Lemures no conocían la muerte: ellos sabían exactamente la fecha y hora exacta de su desencarnación, y ellos mismos cavaban su tumba; así abandonaban su cuerpo físico a voluntad con la sonrisa en los labios. Tampoco desaparecían de la vista de sus deudos porque ellos eran clarividentes, ellos seguían conviviendo con sus desencarnados porque lo único que sucedía era que habían pasado a un diferente estado; pero cuando el hombre por culpa del coito perdió sus poderes, conoció la muerte.

AUN WEOR

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