CUATRO PALABRAS AL LECTOR

Sin querer en modo alguno herir delicadas susceptibilidades, debemos enfatizar la idea básica de que en el ambiente cultural-espiritual de la humanidad contemporánea, coexisten variadas instituciones venerables, que muy sinceramente creen conocer el camino secreto y que sin embargo no le conocen.

Permítaseme la libertad de decir con gran solemnidad que no queremos hacer crítica destructiva; ENFATIZAMOS, y es ostensible que eso no es delito.

Obviamente, y por un simple respeto muy profundo hacia nuestros semejantes, jamás nos pronunciaríamos contra ninguna mística institución.

A ningún elemento humano podría criticársele por el hecho de desconocer algo que nunca se le ha enseñado. El camino secreto jamás ha sido develado públicamente.

En términos rigurosamente socráticos, diríamos que muchos eruditos que pretenden conocer a fondo la Senda del Filo de la Navaja, no sólo ignoran, sino además ignoran que ignoran.

No queriendo indicar o señalar organizaciones espirituales de ningún tipo y sin el ánimo de zaherir a nadie, diremos simplemente que el ignorante ilustrado no solamente no sabe, sino además no sabe que no sabe.

En todos los libros sagrados de la antigüedad se hace alusión al camino secreto, se le cita, se le nombra en muchos versículos, más la gente no le conoce.

Develar, indicar, enseñar la senda esotérica que conduce a la liberación final, es ciertamente el propósito de esta obra que tenéis en vuestras manos, querido lector. Este es un libro más del Quinto Evangelio.

Goethe, el gran iniciado alemán, dijo: “Toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de dorados frutos, que es la vida”.

Vivencias trascendentales es ciertamente lo que entregamos en este nuevo libro: lo que nos consta, lo que hemos experimentado directamente.

Es inaplazable trazar los mapas del camino, indicar con precisión cada paso, señalar los peligros, etc., etc., etc.

Hace algún tiempo los guardianes del Santo Sepulcro me dijeron: “Sabemos que te vais, más antes de que te marchéis, debéis dejarle a la humanidad los mapas del camino y vuestras palabras”.

Yo respondí diciendo: “eso será lo que haré”. Desde entonces me comprometí solemnemente a escribir este libro.

EL AUTOR.

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