LA VERDADERA CUARESMA

En la Segunda INICIACIÓN de Misterios Mayores, somos bautizados con agua y en la Tercera INICIACIÓN de Misterios Mayores somos bautizados con el Fuego del Espíritu Santo.

Juan nos bautizó con Agua, CRISTO nos bautiza con FUEGO.

“Porque Juan, a la verdad, bautizó con agua; más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo, no muchos días después de éstos” (Vers. 5, Cáp. I de Hechos).

Durante estos cuarenta días que preceden a la Ascensión el INICIADO queda totalmente prohibido de todo contacto sexual, pues debe mantener su aura totalmente luminosa y serena, libre de cualquier onda pasional.

Solo después de 40 días, puede el INICIADO seguir practicando su rito de Magia Sexual. Pero durante estos 40 días precedentes a su Ascensión, el INICIADO debe transmutar su energía sexual por medio de la Mente.

Durante estos 40 días precedentes a la Ascensión de nuestro Cuerpo Astral, nos toca descender inevitablemente al abismo, para cortar allí definitivamente toda relación, toda raíz, todo hilo con las criaturas del mal.

Allí nos encontramos con los antiguos colegas del mal, y ellos entonces se burlan de nosotros y nos atacan incesantemente.

Allí tenemos que vivir, o mejor dijera, revivir, todas aquellas escenas tenebrosas del pasado, y así cortamos las raíces que unen el árbol de nuestra vida a los abismos del mal.

Ahora comprenderá el INICIADO por qué debe abstenerse el Maestro de su rito sexual con la mujer durante estos cuarenta días.

Se hace necesario que el aura esté brillante y luminosa, para defenderse de las potencias del mal, y para hacerle más fácil a las Jerarquías el pesado trabajo de desarraigar nuestro vehículo Astral de la podredumbre del mal.

Esta labor es muy pesada para las Jerarquías.

Ahora comprenderá el devoto del sendero el significado esotérico de la CUARESMA.

La Auténtica Cuaresma no es antes de la crucifixión del Maestro, sino DESPUÉS DE SU CRUCIFIXIÓN. Pero ya la iglesia católica y demás Sectas Neocatólicas, Protestantes, Adventistas, etc., perdieron la tradición de todo esto. Da dolor ver cómo los seres humanos están profundamente arraigados al abismo del mal.

En estos mundos sumergidos, surgen ante el INICIADO escenas dolorosas del pasado que tiene que revivir nuevamente entre el abismo, para romper todo lazo con las tinieblas. Es la despedida que el INICIADO hace a las tinieblas.

Durante esta santa CUARESMA, el Iniciado no siendo un demonio, está rodeado de demonios. Por ello es que cuando María Magdalena, después de exclamar: “¡RABBONI, RABBONI!”, quiso tocar al Maestro, dísele CRISTO: “No me toques, porque aun no he subido a mi Padre; más ve a mis hermanos, y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” (Vers. 17, Cáp. XX, Juan).

Así pues, Cristo le dijo a María Magdalena: “No me toques”, porque el Cuerpo Astral del Maestro estaba rodeado de demonios.

María Magdalena amaba entrañablemente al divino Rabí de Galilea, y cuando ella, estando de pie, recostada sobre un muro, escuchó la palabra terrible “¡Tibo!, ¡Tibo, ¡Tibo!”, que condenaba al CRISTO a pasar por el acontecimiento del Gólgota, se llenó de indecible terror.

La misión del CRISTO es realmente aterradora.

El Señor echó sobre sus hombros todo el peso de una Cruz muy pesada.

La fuerza Crística es la que nos redime; la sangre del Cordero es la que nos salva de los abismos del mal.

LA DOCTRINA DE LA RESURRECCIÓN de los muertos es la Doctrina de CRISTO.

Durante esta CUARESMA, el INICIADO rompe para siempre aquellas amarras que atan el barco de su vida al puerto de “AODÓN” (Aflicción).

En este libro hemos hablado exclusivamente sobre la Resurrección y Ascensión de nuestro Cuerpo Astral o CRESTOS Mediador: es la Doctrina del Nazareno.

Pero en este capítulo solo nos concretaremos ahora a la Muerte, Resurrección y Ascensión de nuestro Cuerpo Astral o CRESTOS MEDIADOR.

Todo este proceso iniciático del Cuerpo Astral se halla encerrado sabiamente entre la simbólica narración de José, hijo de Jacob.

José representa el Cuerpo Astral del hombre, y Jacob representa al Padre que está en los cielos, al Astro PADRE. José es vendido por sus mismos hermanos.

Todos nuestros antiguos compañeros nos traicionan, nos venden, cuando nosotros nos resolvemos a hollar la rocallosa senda que conduce al NIRVANA.

José se convierte en siervo de un eunuco, y CRISTO dijo: “Hay algunos que se hicieron eunucos por amor al reino de los cielos”. Cuando José se resuelve a seguir el sendero de Castidad, es tentado por la mujer y cae en la cárcel de las amarguras, calumniado y difamado, pero fiel a su voto de castidad.

Y en la cárcel del dolor no tenemos más consuelo que el pan y el vino de la Transubstanciación. …CRISTO es el copero y el panadero.

Allí tan solo el copero y el panadero que sufren por nosotros, es decir, nuestra SUSTANCIA CRÍSTICA REDENTORA, que nos redime y nos saca de la cárcel del dolor y de la amargura, hasta llevarnos a los pies de nuestro Faraón Interno, nuestro sagrado INTIMO, nuestro Rey, que nos hace amos y señores de toda la tierra de Egipto.

Y así alcanzamos la Alta INICIACIÓN, y nos preparamos para la Resurrección de nuestro CRESTOS MEDIADOR.

V.M. Samael Aun Weor

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